El cultivo de plantas es una práctica milenaria, que incluso ha pasado de generación en generación.
Dentro de la diversidad de cultivos de plantas, encontramos el bonsái. Esto es conocido como el arte de cultivar árboles y plantas, que a través de determinadas técnicas, se puede reducir su tamaño, ya sea mediante trasplante, poda, alambrado, pinzado, entre otras. Pudiendo moldear su forma con la finalidad de crear un estilo similar al de la naturaleza.
Cultivar un bonsái abarca muchos aspectos. No solo se trata de la manera en que se trabaja este arte. También se tiene que tomar en cuenta que es lo que queremos al momento de trabajar en este cultivo. Por eso es que los bonsáis se clasifican según al tamaño, la apariencia de la planta, el número de troncos que brotan a partir de una raíz, la cantidad de árboles plantados en un grupo o la base en la que se ha plantado. Con esto, el cultivador elegirá el bonsái que se adapte a sus gustos.
Clasificación por tamaño
Shito o Keshitsubu bónsai, este es un árbol miniatura, cuyo tamaño debe alcanzar una altura por debajo de los 5 centímetros. En el caso del Bonsái Mame, su altura debe oscilar entre 5 y 15 centímetros.
Hay otros bonsái en esta clasificación como: Shohin, cuya altura debe ser menor de 25 centímetros. Komono o Kotate Mochi, su tamaño debe oscilar entre 15 y 31 centímetros de altura.
Chumono, este bonsái debe tener un tamaño que oscile entre 30 y 60 centímetros.
Omono, en este caso debe estar alrededor de entre 60 y 120 centímetros.
Y el Hachi-Uye, que son bonsáis de más de 130 centímetros.
Actualmente hay diversos tipos de bonsáis, cuyo cuidado va a depender de las características de los mismos. Es más algunos son más frecuentes que otros.
Para las personas que deseen iniciar su andar en este mágico mundo de aventuras, hay que recordarles que deben saber: cuáles son los distintos árboles en miniatura que puedes encontrar, qué características tienen y qué cuidados necesita cada uno.
Estilos de Bonsáis
Bonsái vertical formal
Este tipo de bonsái, consiste en un árbol pequeño que presenta un tronco vertical y unas ramas que crean un contorno triangular, el cual no es 100% simétrico a pesar del orden que se puede observar en sus hojas. En cuanto a sus ramas, estas son horizontales y su grosor va disminuyendo según suben hacia el ápice del árbol.
Dentro de los árboles o plantas ideales para este tipo, encontramos: las coníferas de agujas, enebros, pinos y abetos. Sin embargo, este estilo no es recomendable para los árboles frutales.
Bonsái vertical informal
Este estilo de bonsái, es similar al vertical informal, pero su contorno es triangular irregular y su tronco está algo curvado. De hecho, lo que caracteriza este tipo de bonsái es su tronco, el cual se puede inclinar tanto a izquierda como a derecha, no más de 15 grados.
Además, la copa de este tipo de árbol pequeño es muy frondosa. Para lograr la curvatura deseada de este tipo de árboles se pueden utilizar técnicas como el alambrado o colocando la maceta en posición inclinada. Para este estilo se recomiendan tanto los árboles perennes como los de hojas caducas.
Bonsái inclinado
En este caso, el tronco se inclina por completo formando un ángulo de 45 grados. Y sus ramas tienden a crecer a ambos lados del tronco de manera horizontal o ligeramente inclinadas.
Los árboles recomendados para este estilo, son las plantas caducas y perennes, más específicamente en coníferas perennes.
Bonsái en cascada
En este tipo de bonsáis se busca la imitación de la forma que tiene un árbol que se encuentra en el borde de un acantilado. La zona más extrema de las ramas, se encuentran extendidas por debajo de la base.
En lo que se refiere al tronco principal este debe extenderse a lo largo del borde de la maceta, formando una U invertida. Por otro lado, las ramas se deben mantener uniformes y perpendiculares a la vertical del tronco.
Bonsái en semicascada
Este es similar al del bonsái en cascada. La rama principal crece en un ángulo ligeramente superior al horizontal y la punta cae en forma de cascada entre la base y la parte superior del recipiente.
Este tipo es recomendado para la gran mayoría de árboles en miniatura, menos aquellos cuya naturaleza sea marcadamente vertical. Además para las plantas perennes y caducas, así como para coníferas y bonsáis con flor.
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