Alrededor del mundo existen muchos amantes de la lectura, y otros miles amantes de la escritura. Aunque ambos estén realizando dos actividades distintas, ambos comparten un mismo medio, y es todas las ideas y pensamientos que están escritas. Uno se toma el tiempo para escribirlo, y el otro se interesa para leerlo.
Todo lo que está plasmado en papel o en sitios web, no solo se trata de escribir lo que pensamos. También es un arte, y por ser arte, debe poseer una grandiosa presentación, lo que permita que el escritor se entusiasme y el lector se adentre en la historia.
Es por eso, que además de dibujos o fotografías que hagan referencia a lo escrito, es necesario que se elija una buena fuente tipográfica que le agregue estilo a la escritura. Pero esto no es algo que se deba tomar a la ligera, pues hay que conocer un poco el medio en que nos estamos desenvolviendo.
En primer lugar, para elegir una fuente tipográfica, hay que tomar en cuenta acerca de qué se está escribiendo, para que se mantenga el nexo entre lo escrito y las ideas. Segundo, y aún más importante, se debe pensar en el público al que está dirigido, para así generar más atracción. Pero para tener una idea más amplia, te explicaremos algunos tips que te ayudarán a elegir la fuente más apropiada.
Temática
Posiblemente hacia lo que está dirigida tu temática, es algo que atrae un sinfín de seguidores, pero si no lo presentas de la manera correcta, nadie mostrará interés en leer lo que escribes. Supongamos que se trata de un tema de ámbito moderno, como lo es la ciencia y la tecnología. Lo más recomendable sería elegir una fuente que exprese futurismo, generando la impresión de vivir algo más allá del presente. Para este caso, se podría usar algo como Alice, Spin Cycle o Crysis Bold.
Dos estilos
Las fuentes tipográficas se catalogan en dos estilos. Las Serif, las cuales poseen terminaciones, que brindan un toque decorativo, como sucede con Times New Roman, Elephant o Baskerville Old Face. Suelen ser utilizadas en textos largos, sobre todo en novelas.
También encontramos las Sans Serif, que suelen ser más serias, sin esa terminación. Caso de esto, es Arial, Dotum, Gulim o Calibri. El público joven es el que se siente atraído hacia los textos con este tipo de fuente.
Legibilidad
Un factor importante, es el hecho de el texto pueda ser leído fácilmente por el público, por lo que al momento de elegir una tipografía, debes tomar en cuenta que la fuente sea legible.
Se deben evitar aquellas que sean cursivas o muy decoradas, o tampoco las que suelen tener poca separación. Esto genera confusión para quien está leyendo y pierde el interés.
Compatibilidad entre plataformas
Con la tecnología avanzando, muchos equipos han salido al mercado, y la diferencia de sistemas operativos y plataformas ha generado que las fuentes tipográficas varíen.
Por eso, debes elegir entre las fuentes que no suelen variar cuando se cambie de un dispositivo a otro. Generalmente, en sitios web se ha popularizado el uso de Arial y Helvetica, pues mantienen su estilo y la armonía del diseño.
Combinar distintas fuentes tipográficas en un mismo texto
Nos gusta crear mucho atractivo en lo que escribimos. Sin embargo, esto no quiere decir que puedes agregar cualquier elemento o tipo de letra que queramos. Siempre hay que pensar en la presentación y atractivo de lo que escribimos. Es por eso, que al momento de redactar un texto, y se desea combinar varios tipos de fuente, hay que pensar muy bien cómo hacerlo.
Lo más recomendable es que se combinen fuentes acorde a secciones; es decir, en el caso de los títulos, a cada nivel se le asigna un tipo de letra. En el caso de lo que se le aplicará a los párrafos, todos deben estar escritos bajo la misma fuente.
Otro factor muy importante al momento de escoger varias fuentes tipográficas, es que debe existir una similitud entre cada una. No debes usar siempre la misma, pues crea un atractivo mayor, pero sí que sean similares, de esta manera se mantiene el diseño de la presentación del texto.
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